E D I C I Ó N - N ° 175 - OCTUBRE - 2 0 2 0

 

 

 

 

La metáfora de bajar 20 kilos durante la pandemia
Javier Martínez Aldanondo
Socio Cultura de Aprendizaje de Knowledge Works
javier@kworks.cl y javier.martinez@knoco.com

www.javiermartinezaldanondo.com

Twitter: @javitomar - #culturaprendizaje

 

 

En los 8 meses de pandemia que van desde principios de abril a finales de octubre he adelgazado 20 kilos ¿Existe algún secreto? Ninguno. No lo considero una proeza porque todos sabemos lo que hay que hacer para perder peso: alimentarse de manera ordenada y hacer deporte. Es simple, pero eso no significa que sea fácil. Cada cuerpo es diferente. Qué comer, cuánto comer, cuándo hacerlo, qué ejercicio hacer, con qué intensidad y frecuencia, cuándo descansar, etc. son cosas que se deben aprender. Afortunadamente, ese conocimiento está disponible desde hace muchísimo tiempo, No podemos alegar que no adelgazamos porque no sabemos cómo hacerlo. De hecho, años atrás hice algo similar así que ya sabía lo que tenía que hacer, pero ¿y quién no?

 

En las últimas columnas vengo insistiendo acerca de lo crítico que resulta aprender lo que no sabemos para vencer la pandemia. Pero creo que es igual de importante que no perdamos de vista lo primordial que es el conocimiento, lo que ya sabemos. Conocimiento y aprendizaje son caras de la misma moneda. Los desafíos que vienen nos obligarán a aprender del futuro porque lo que nos trajo hasta aquí ya no es suficiente. Sin embargo, el presente, el ahora, depende de nuestro conocimiento actual, no disponemos de nada mejor. Y no es poco. Disfrutamos de los mayores niveles de bienestar que ha conocido la humanidad a pesar de los problemas que nos acosan. Contamos con los individuos más inteligentes de la historia simplemente porque nos aprovechamos del conocimiento que crearon las generaciones previas a la nuestra. Y dentro de 100 años serán mucho más brillantes que nosotros por la misma razón., Lo que observo es que muchas de las dificultades que atravesamos ocurren no porque no sepamos o nos falte conocimiento. Nos suceden porque tenemos otras prioridades. Sabemos perfectamente lo que hay que hacer para combatir el cambio climático, la desigualdad, la obesidad o el hambre. Tenemos los mecanismos para afrontar esos problemas, pero saber no basta. El conocimiento es acción. Me puedo aprender de memoria una rutina de ejercicios o poner por escrito una pauta de alimentación. Pero para considerarlo conocimiento tiene que convertirse en decisión, en algo que hago. Para cambiar, primero tienes que ser consciente, por eso insisto una y otra vez en lo decisivo de los procesos de reflexión. Siempre es más cómodo no cambiar y seguir haciendo lo mismo que cambiar porque no hay que gastar energía ni incomodar a nadie. Pero nada dura para siempre así que ¿por qué no cambiar antes de que sea tarde?

En mi caso ¿por qué pesaba 104 kilos en marzo? Porque llevaba casi 2 años viajando cada mes entre Chile y España lo que me impedía seguir una rutina ordenada de alimentación y ejercicio. Mi prioridad era mi trabajo, así lo asumí y decidí no recriminarme sino tratar de disfrutar ¿Qué fue lo que cambió en abril? Modifiqué mi objetivo. Se terminaron los viajes. Siempre he hecho mucho deporte y por suerte tengo una casa que me permite montar un pequeño gimnasio. Así que decidí cuidar la salud y perder peso. En abril tenía el mismo conocimiento que en marzo. Pero cambié mi prioridad y a partir de ahí, me limité a ejecutar el plan. Con el tiempo, a nada que se sea riguroso y metódico, y se aprenda a aplazar la recompensa, los resultados llegan solos, tarde o temprano.

 

Se nos olvida que para que pase cualquier cosa, primero hay que querer. Tu no comes lo que no te gusta ni cuando no tienes hambre. La motivación es la energía que nos mueve. Hace 10 años escribí que la actitud es el conocimiento más valioso y, por tanto, aunque a mucha gente le suene extraño, se aprende. Desarrollar la capacidad de aprender es la clave de nuestra vida profesional y personal y eso no es delegable ni transferible. Aprender es una actitud y un arte que depende de cada individuo. Pero el conocimiento es sobre todo un acto colectivo. Cada uno por separado no sabemos demasiado, pero sumando nuestros conocimientos hemos alcanzado metas que ningún ser humano podría haber alcanzado por su cuenta. Todas las obras que hemos hecho y haremos (incluyendo superar la pandemia) dependen de nuestra capacidad de colaborar y compartir conocimiento. El conocimiento en tu cerebro no radica en cada neurona aislada sino en las sinapsis que establecen entre sí.

Ahora bien, para querer hacer algo, primero tienes que descubrir cuál es el objetivo por el que estás dispuesto a esforzarte. Si quieres saber qué le interesa a una persona, escucha atentamente las preguntas que hace y las historias que cuenta, No conozco a nadie que no tenga actitud ante nada. Todo el mundo tiene actitud por aquello que le importa. Si te colocan una pistola en la cabeza, bajarás los mismos kilos que yo, con mayor o menor esfuerzo.

 

¿Cuál es la metáfora a la que hace alusión el título? Que, si no estamos satisfechos con algo y disponemos del conocimiento para cambiarlo, entonces está en nuestra mano actuar. El ejemplo del peso es banal, pero sirve para recalcar que no es un tema complejo de entender. No es sencillo porque obliga a cambiar. Sin embargo, es factible. El primer paso consiste en priorizar. No podemos hacerlo todo, necesitamos decidir qué es lo que de verdad nos importa, qué queremos conservar y qué debemos desaprender. Hasta ahora, le hemos dado preferencia a producir, consumir, crecer y competir. Hemos mercantilizado la vida hasta convertir todo en productos. Y estamos pagando el precio. El resultado es un planeta deteriorado y niveles de malestar cada vez más preocupantes. Si queremos otra cosa, necesitamos reflexionar sobre ello y ponernos de acuerdo en un concepto distinto de progreso. ¿Son más importantes la eficiencia o la rentabilidad que la dignidad o la solidaridad? El conocimiento que hace falta ya existe en gran medida. Por eso es tan importante determinar cuál es el conocimiento crítico de una persona, una empresa o una sociedad porque sobre él se construye la estrategia. Ese ejercicio es mucho más difícil en el caso de la pandemia porque el conocimiento que requerimos no existe (vacuna), hay que crearlo y ese trabajo nos llevará muchos meses, muchos muertos, mucho dinero y mucho sufrimiento. Chile se apresta a elaborar una nueva constitución lo que representa una oportunidad inmejorable justamente para distribuir el poder, consensuar a qué le queremos dar prioridad, qué consideramos esencial, cuales son nuestros objetivos comunes y los valores compartidos.

 

En otra columna escribiré sobre por qué el hambre mueve el mundo y es la causa que explica la creación de conocimiento. Perder 20 kilos no es obvio, de otra forma no habría millones de personas preocupadas por ello. El reto está salpicado por diferentes aristas psicológicas, hormonales, ambientales, sociales, etc. El proceso es lento y sujeto a retrocesos. Múltiples tentaciones conspiran contra comer sano y en menor cantidad. El desafío consiste en crear hábitos. El objetivo es evitar el ciclo típico de bajar de peso y sufrir para mantenerlo sino adoptar una nueva forma de vivir. No se trata de un plan con fecha de inicio y final. Hablamos de crear un músculo, una cultura de bienestar. Si no nos educamos para disfrutar el ejercicio y alimentarnos sano, a lo que nos enfrentamos es a una epidemia de desórdenes alimenticios que mata más el Covid. Esa batalla no se gana a base de fuerza de voluntad sino de inteligencia porque es un lance que nunca termina. El problema no es que no sepamos, sino que no aplicamos lo que sabemos.

 

La pandemia nos recuerda lo distinto que resulta hacer las cosas por convicción o por mandato. La experiencia no se puede enseñar, hay que aprenderla. Asia está viviendo una segunda ola del Covid más benévola que la de Europa. Según el filósofo Byung-Chul Han, la explicación está en la responsabilidad ciudadana. Europa ha vuelto a confinarse por culpa de la ola de rebrotes. Esa experiencia negativa nos regala a los que estamos en Latinoamérica un conocimiento valiosísimo del que aprender con antelación. Pronto sabremos lo que no hay que hacer si queremos evitar una segunda ola y también lo que hay que dejar de hacer. Otra cosa será si querremos usar ese conocimiento

 

El jueves 12 de noviembre, a partir de las 9h de Chile, impartiremos la conferencia “Organizaciones nerviosas” dentro de la Jornada 2 “Fortaleciendo nuestra capacidad de iterar y aprender” organizado por Icare.

El martes 17 de noviembre a las 13h de España participaremos en la sesión “Conocimiento y aprendizaje en las organizaciones” en el marco de la reunión anual de la Sociedad Nuclear Española.

El miércoles 25 de noviembre, a partir de las 10h de México impartiremos la conferencia “Emergent Leaning: el futuro de la educación” en el marco de Conectática organizado por la Universidad de Guadalajara.

El 5 de diciembre a las 11:30h de Chile impartiremos la conferencia “La Educación a través de los ojos de un niño” dentro de la XIII Jornada Internacional Aprendizaje, Educación y Neurociencias.

 

 

 

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