En la primera
parte del articulo abordamos estos 3 puntos:
1. Predecir te da
una ventaja casi definitiva
2. ¿Cuál es la
promesa que nos hace la inteligencia artificial (IA)?
3. ¿Cómo
predecimos?
Nuestro cerebro se dedica a tomar decisiones
continuamente o lo que es lo mismo, a predecir. Y si se equivoca, nos puede
costar la vida. Hay estadísticas que indican que, a lo largo del día, los
seres humanos tomamos una media de 35.000 decisiones y tan sólo somos
completamente conscientes de una pequeña parte de ellas. Nuestro cerebro
decide de manera automática ¿Cómo ocurre el proceso? Las
personas somos un conjunto de expectativas. Una expectativa es la
predicción que hace el cerebro de lo que va a ocurrir en base a lo que sabe
porque ya ocurrió en el pasado. Las personas por tanto esperamos que pasen
determinadas cosas. Cuando aprieto el interruptor, espero que se encienda
la luz. Si abro el grifo espero que salga agua y cuando bajo a la calle
espero que mi coche esté aparcado donde lo dejé. Esperamos que cada día
amanezca porque lo hemos aprendido mediante la experiencia que no venía con
nosotros de nacimiento. De hecho, la mayoría de los miedos
son aprendidos. Las expectativas existen porque tenemos un pasado, una
historia que nos ayuda a predecir lo que podría suceder. Por tanto, nuestra
vida transcurre en función de esas expectativas que vamos aprendiendo de
manera inconsciente (la inmensa mayoría de las cuales se cumplen sin que
nos demos cuenta). Y por eso, cuando las expectativas no se cumplen es
cuando se dispara el aprendizaje. Por ejemplo, en marzo de 2020 no
esperábamos que empezasen una pandemia y un confinamiento y tuvimos que
aprender. Y para desarrollar la vacuna, tuvimos que predecir, viajar al
futuro metafóricamente para desarrollarla y regresar ¿De dónde proceden las
expectativas? Desde que naces, el cerebro construye un modelo del mundo que
te permite “moverte” por el mismo tomando decisiones que te ayuden a lograr
tus objetivos. Cada experiencia que tienes, cada cosa que aprendes, tu
cerebro la incorpora para enriquecer ese modelo. Y para mantenerte a salvo,
lo que hace es usar el modelo para predecir el futuro. Por tanto, las
expectativas que tenemos configuran nuestro modelo mental que es a su vez
lo que guía nuestro comportamiento. No puedo hacer ni predecir aquello que
no figura en mi mente.
4. Para empezar
desde el pasado necesitas saber cuál es tu conocimiento crítico.
La Inteligencia
Artificial (IA) no se inventa las recomendaciones o predicciones que nos
ofrece, sino que lo hace extrayendo patrones y relaciones no visibles para
nosotros. Lo que nos propone lo extrae del catastro de datos con que la
hemos alimentado. Ya comentamos que la mayor parte del presupuesto
invertido en el desarrollo
de Chat GPT se gastó en entrenarlo con toda la información existente en
internet hasta 2021. La promesa de la IA es predecir, pero también
automatizar, esto es, hacer lo que no podemos o lo que no queremos.
Automatizar exige transferir conocimiento de una persona a una máquina. Si
queremos fabricar un coche que se conduzca autónomamente, antes tiene que
existir el conocimiento de cómo conducir y a partir de ahí, tenemos que
saber en qué consiste ese conocimiento y cómo entrenar a una máquina para
que conduzca.
Si innovar es
combinar cosas que ya existen de manera novedosa, las posibilidades de
innovar de la IA son exponencialmente superiores a las nuestras porque
tiene una capacidad casi ilimitada de combinar todo lo que existe de
maneras que nosotros no podemos imaginar. En 2021, la IA fue capaz de predecir
la estructura de todas las proteínas que forman parte de un ser humano.
Si una máquina nos arrasa jugando al ajedrez desde hace años es por su
imbatible capacidad de procesar, calcular, combinar y predecir.
Debemos reconocer
que las empresas son malas
para predecir el futuro porque no dominan su pasado. De hecho, el
conocimiento a pesar de ser el principal activo de todas las organizaciones
no es de su propiedad. La buena noticia es que todas las empresas tienen
conocimiento (de otra manera no existirían). La mala es que no lo
administran rigurosamente ¿Cómo se explica? Todas las mañanas el
conocimiento entra por la puerta y todas las tardes se marcha a su casa
hasta el día siguiente. Por eso una empresa se descapitaliza diariamente
cuando sus colaboradores se van ya que el conocimiento es patrimonio sobre
todo de los individuos. Las empresas exhiben una doble personalidad
desconcertante. Por un lado, muestran un comportamiento metódico para
gestionar las cosas que les importan como, por ejemplo, el dinero. Existen
procedimientos, herramientas tecnológicas, procesos de rendiciones de
cuentas, indicadores o premios y penalizaciones para administrar el ciclo
del dinero que va desde fijar precios, comprar, gastar, pagar o
cobrar. Por supuesto, hay un área a
cargo del dinero con enorme poder en el organigrama. Nada se deja al azar,
todo está estrictamente regulado. No se mueve un euro o un peso sin que la
organización lo tenga la controlado. Sin embargo, la misma empresa
integrada por las mismas personas es incapaz de mostrar ese mismo nivel de
disciplina para administrar sus intangibles. Cuando se le pregunta a un
directivo por su estrategia y modelo para gestionar formalmente el
conocimiento, la respuesta es: “No tenemos”.
Si tu empresa es
capaz al mismo tiempo de desplegar una conducta intachable en la gestión de
un activo y errática en la gestión de otro, la explicación no radica en la
capacidad sino en que presta atención e intención a lo que le importa. Lo
curioso es que el dinero no es el fin de la empresa sino el resultado que
se alcanza (o no) según cómo se gestione el conocimiento. Por suerte, lo
que se necesita para gestionar esos intangibles (metodologías y
tecnologías) existe desde hace mucho tiempo, no hay que inventarlas. Y al
igual que sucede con todas las cosas importantes, solo se necesita convicción
y persistencia.
Dado que el
conocimiento queda fuera del radar de la organización, para predecir el
futuro resulta primordial comenzar por identificar
el conocimiento crítico y sobre todo, evitar
perderlo. Sin mapear el conocimiento, predecir se convierte en una
lotería.
5. ¿Y cómo
predecimos cuando no tenemos conocimiento?
Cuando no hay pasado, estamos en problemas. En el caso de la pandemia, la
IA no nos pudo ayudar a anticiparla porque no sabía más que nosotros al
respecto. Para abordar situaciones en que no hay precedentes porque nunca
han sucedido antes, podemos distinguir 3 momentos:
a. Predecir
consiste en inventar posibles escenarios futuros. Dado que no tenemos
conocimiento y estamos aventurando, las capacidades que se requieren son la
curiosidad y la imaginación. Aquí nos movemos en el arte de
preguntar. Soñar con escenarios requiere iniciativa para interrogar al
futuro con buenas preguntas, algo en que no somos muy diestros porque el
sistema educativo nos programa para responder y ser obedientes. Cuando
inventar el futuro es más importante que analizar el pasado, entonces
imaginar es más relevante que obedecer.
b. Anticipar
consiste en prepararse para los escenarios que predijimos previamente. Eso
exige generar conocimiento nuevo. En este caso, las capacidades esenciales
son la creatividad
y la experimentación. Aquí nos movemos en el arte de
gestionar errores. Dado que
estamos creando conocimiento que no existe, hay que experimentar y como
vamos a equivocarnos, tendremos mucho que aprender y registrar.
Un error no es otra cosa que un fallo de predicción.
c. Cambiar consiste en reaccionar a
escenarios que no son los que habíamos predicho o anticipado. Lo que
termina ocurriendo es algo para lo que no estábamos preparados. Aquí la
capacidad clave es la actitud y estar dispuestos a desaprender y nos movemos en el arte del aprendizaje ágil. La capacidad de adaptarse
y pensar distinto se torna más importante que la de planificar.
¿Qué puedo hacer ANTES de decidir o actuar?
Puedo hacer 2 cosas. 1. Tratar de Predecir, es decir diseñar estrategias
para lo que podría venir y 2. Anticiparme si tengo el conocimiento o
aprender en el caso de que no lo tenga.
¿Qué puedo hacer DESPUES de la decisión? 1.
Cambiar cuando lo que llegó no era lo que esperaba, 2. Mejorar mi capacidad
de Predecir y 3. Prepararme (Anticipar) para la próxima vez lo que me
obliga a aprender de esta experiencia desarrollando los 3 hábitos de reflexionar, sistematizar
y difundir.
Por ejemplo, la IA
es muy poderosa en entornos estables, pero tiene problemas cuando la
realidad cambia y si algo caracteriza nuestra época es el cambio continuo.
De igual forma, la IA es muy precisa en entregarnos respuestas en un mundo
en que lo que marcará la diferencia serán las preguntas. Para
aprender del futuro, vamos a necesitar un nuevo set de capacidades a
las que no hemos prestado apenas atención hasta hoy; Curiosidad,
Imaginación, Creatividad, Resiliencia, Flexibilidad, Empatía, Proactividad
y ACTITUD.
CONCLUSIONES
“Un enemigo que
conozca el futuro no puede perder” es la frase de la película “Al Filo del
Mañana con la que comienza esta
columna de 2015. ¿A qué le tenemos miedo? Al futuro. El pasado ya no se
puede cambiar y en el presente recoges los frutos que sembraste en el
pasado y siembras nuevas semillas para lo que vendrá. Si, es verdad que
tenemos muchos problemas sin resolver. Pero tenemos
conocimiento de sobra. El futuro depende de las decisiones que tomemos
hoy que en su mayoría son más de carácter emocional que técnico. Es decir,
el conocimiento existe, lo que nos
falta es la voluntad.
La oportunidad que
se nos presenta, y que no era posible antes del desarrollo tecnológico
actual es “nunca
más trabajes solo con tu conocimiento” ¿Por qué no apoyarte
en todo el conocimiento humano y sumar cerebros? Antes de la existencia de
los documentos digitales, teníamos que buscar casi a ciegas entre millones
de papeles. La llegada de los buscadores nos facilitó encontrar
información. Chat GPT nos ofrece un paso más: preguntar y recibir las
respuestas. Pero el futuro consiste en que el conocimiento nos llegue sin
tener que pedirlo, fruto de la predicción.
Lo que la IA nos
promete suena así “cuanto más te conozco, mejor puedo predecir lo que
harás para aprovecharlo a tu favor. Te ofrezco un tutor personalizado para
ti, que se adapta a tus gustos y a tus necesidades”. Se acaba el café
para todos. Hace 1 siglo solo podían acceder a la educación o a la salud
quienes podían pagarlo. Logramos entregar salud y educación masivamente,
pero a costa de ratios de 1 profesor o 1 médico para cientos de alumnos o
pacientes. La IA promete el uno a uno como cuando Alejandro el Magno tenía
como tutor nada menos que a Aristóteles ¿Existen peligros? Por supuesto, la
información que la IA recoge de ti se puede usar también en tu contra para
que tengas menos libertad: para influirte, capturar tu atención, ofrecerte
lo que no necesitas, manipularte. Y la creciente individualización impacta
en la comunidad y la colaboración si no resguardamos el equilibrio entre el
yo y el nosotros.
¿En el
pasado vamos a encontrar todas las respuestas? Por supuesto que no, de
hecho, cada vez hay menos. Pero es lo único que tenemos y aunque quieras,
no puedes evitarlo porque tu cerebro no puede trabajar con lo que no tiene.
Cuando imaginas algo siempre lo haces a partir de lo que sabes. Por eso,
desaprender consiste en evitar que entre en funcionamiento tu piloto
automático (paradigmas y creencias). No se trata de borrarlo sino dejarlo
en stand by para que no empiece a operar por
defecto ya que, de lo contrario, vuelves a hacer las cosas como siempre las
has hecho.
El título de la columna nos recuerda que
empezamos desde el pasado, pero no terminamos allí. Empezar por la historia
implica preguntar quien lo ha hecho antes, cómo le fue, qué no le resultó y
qué conocimiento existe. Cuando Steve Jobs en su discurso de Stanford habló
de “conectar los puntos hacia atrás”, insistía en que la historia es
primordial, una historia que no se puede vivir hacia adelante. El pasado no
está detrás, está delante. Lo que está detrás, lo que no vemos es el
futuro. Para decidir acerca de ese futuro lo que usamos todo el tiempo es
el pasado, por eso es tan importante conocer bien el pasado, de lo
contrario nos cuesta mucho decidir de manera inteligente sobre el futuro.
Si no tuvieses pasado (o lo olvidases), tendrías que empezar desde cero a
construir tu futuro y la curva de aprendizaje es larguísima ¿es suficiente
el pasado? No, es el punto de partida, muchas veces para no hacerle caso. Y
es verdad que ese pasado que tenemos delante, poco a poco se va alejando y
desvaneciendo mientras que el futuro es un monstruo que nos acecha...
El 6 de octubre en
Tijuana (México) impartiremos la conferencia “Hacia un mundo de
organizaciones más inteligentes” dentro del Congreso Internacional de
Capital Humano “HR Intelligence Leaders for the Future”
organizado por Arhitac.
El 20 de octubre en Madrid impartiremos la conferencia “Hacia un mundo
de organizaciones más inteligentes” para
Telefónica.
El 21 de
octubre en Bilbao impartiremos la sesión sobre “Gestión del Conocimiento”
en el MBA Executive de la Universidad del País Vasco.
El 24 de octubre en Bilbao impartiremos la
sesión “Cultura
de Aprendizaje” dentro de la Semana Europea de Gestión
Avanzada que organiza Euskalit.
El 25 de octubre en
Santiago impartiremos la conferencia "Hacia un mundo de
organizaciones más inteligentes" para Falabella.
El 31 de octubre en México impartiremos la
conferencia “Hacia un mundo de
organizaciones más inteligentes” para Pepsico invitados por Savvy Learning.
El 15 de noviembre participaremos en el Congreso de Capacitación 2023 organizado por la Red
de RRHH con la
conferencia “Hacia un mundo de
organizaciones más inteligentes”.
El 10 y 24 de
octubre, en Cadabra la magia de aprender, dentro de Abra Laboratorio de
Aprendizaje realizaremos las sesiones sobre "Aprendizaje
inconsciente" con José Manuel Lopez y "Organizaciones
inteligentes" con Ana
Varela.
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