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La ventaja de no tener miedo
Javier Martínez Aldanondo
Socio Cultura de Aprendizaje en Knowledge Works
javier@kworks.cl y javier.martinez@knoco.com

www.javiermartinezaldanondo.com

Twitter: @javitomar – Instagram: @javiermartinezaldanondo

 

“Dejamos de temer aquello que comprendemos” (Marie Curie)

 

El mejor antídoto del miedo es el conocimiento. No es el único, pero si el más poderoso y la razón es simple: el conocimiento te da confianza. Me refiero a conocimiento como experiencia para decidir y actuar de forma consciente, de ser capaz de gestionar situaciones. Hay otra falsa confianza basada en el desconocimiento, en la ignorancia que resulta peligrosa porque hace que los riesgos sean invisibles y conduce a la temeridad.

Uno de los miedos más extendidos en el mundo laboral es a hablar en público (que sufrí cuando comencé a trabajar) ¿Por qué ya no tengo miedo a dar conferencias? Gracias al conocimiento. Después de 30 años, llevo tantas conferencias en el cuerpo que las enfrento tranquilo ¿Me ocurren situaciones inesperadas? Por supuesto ¿Puedo controlar todo lo que sucede e incluso impedirlo? Claro que no, pero el conocimiento que tengo me permite afrontarlo con un nivel de confianza que quienes carecen de conocimiento no pueden disfrutar. No hay mucho misterio, ese conocimiento es aprendido. Como dice Toni Nadal “las cosas son más simples, si uno quiere hacer algo lo hace y si no, no”.

 

Resulta difícil decirlo sin sonar soberbio pero la verdad es que no tengo miedo de mi futuro profesional. Si prestase atención a los medios de comunicación, debería estar aterrorizado por lo que está pasando y por lo que se nos podría venir encima. Pero no tengo miedo. Tengo claro que, si salgo a la calle, un coche me puede atropellar o tener un accidente conduciendo mi moto, pero no tengo miedo. Obviamente, estoy preocupado porque el panorama es complejo, pero “positivamente preocupado” ya que hay 2 cosas que me infunden confianza: tengo conocimiento para enfrentar los desafíos que vienen y en caso de que ese conocimiento sea insuficiente, puedo aprender lo que necesite. Seguramente influye el hecho de que me esté acercando a los 60, haya recorrido mucho camino y tenga (si no hay sorpresas) la vida más o menos resuelta. Pero creo que hay más elementos.

 

El incremento de conocimiento hace decrecer la sensación de miedo. Y cuando no tienes miedo eres más fuerte. Con los intangibles sucede algo peculiar: no te los pueden robar. En un momento dado podrías perder todo lo que posees, pero no puedes perder el conocimiento que tienes en tu cerebro. Y si además eres bueno para aprender, sigues creando nuevo conocimiento continuamente. Hace 10 años, escribí que la mayoría de los miedos son aprendidos. Y la buena noticia es que de la misma forma que se aprendieron, se pueden desaprender y sustituir por otras conductas más sanas.

 

El miedo es una emoción fundamental cuya función es ayudarnos a sobrevivir. El miedo es un momento en el futuro que imaginas que será menos seguro que el actual. Y tiene una explicación química. Sin sentir miedo, no es posible mantenerse a salvo. Nuestros antepasados necesitaban ser aceptados por el grupo, de lo contrario morían y ese miedo era un incentivo que les obligaba a socializar. Otro aspecto positivo del miedo es que te muestra lo que te falta por aprender. El asunto es no permitir que te paralice o que te acelere, te impida pensar y te lleve a tomar decisiones precipitadas. Por ejemplo, el miedo que provoca la inteligencia artificial se explica porque nos obliga a ser más inteligentes, a esforzarnos cuando los humanos somos perezosos por naturaleza ¿Cuánto tiempo falta hasta que la IA haga conferencias y escriba esta columna? No lo sé, pero no tengo miedo de la IA. Le vengo siguiendo la pista desde hace más de 2 décadas y lo mejor que podemos hacer, tomando la premisa de Marie Curie, es entenderla, es decir, experimentar y aprender acerca de ella. Soy consciente de que tiene luces y sombras, nos aboca a un cambio que puede traer bienestar, pero también implicará sacrificios (como todos los cambios). Y en esa senda, hay cosas que pueden salir mal, pero a pesar de todo, no me da miedo. Elijo ser optimista porque el optimismo es más inteligente mientras que el pesimismo es más fácil. Tengo confianza y seguramente habrá un grado de ignorancia y otro de inconsciencia. La confianza deriva del conocimiento que a su vez es el resultado de dedicar un montón de tiempo a aprender. Y cuando sabes que estás bien entrenado, enfrentas las situaciones con calma. Por supuesto, no controlas todo lo que puede suceder, pero no lo abordas desde el miedo.

 

El miedo tiene múltiples apellidos: miedo a fallar, a no ser aceptado, al ridículo, a no cumplir tus expectativas, a la incertidumbre, incluso a que te vaya bien y no saber gestionarlo. Y uno de los más peligrosos y habituales es el miedo a perder lo que tienes, la posición de poder y éxito de que disfrutas. Porque desde ese miedo, no estás dispuesto a que nada cambie.

 

¿Y cuáles son las ventajas de no tener miedo? Para empezar, te vuelves “desobediente”, difícil de controlar y de manipular. Cuando infundes miedo en los demás, los puedes dominar y el miedo se convierte en una herramienta de gestión y control. Pero cuando sientes que no tienes mucho que perder, te permites hablar y pensar con libertad. Y, sobre todo, estás en situación de decidir, de aceptar o rechazar lo que en otras circunstancias tendrías que asumir. No hay mayor tranquilidad que gozar de esa autonomía.

 

¿Qué hacer para no tener miedo? Adquirir conocimiento. Desarrollar las capacidades internas para evitar depender de lo que no puedes controlar. El miedo se cura practicando. Hace tiempo que en mis conferencias uso la metáfora de la brújula y el mapa para explicarlo. Imagina que eres un esquiador y estás a punto de lanzarte ladera abajo en un día de niebla profunda que te impide ver lo que tienes delante. Hasta ahora, para orientarnos en la vida hemos usado mapas como representaciones de la realidad. Pero esos mapas ya no existen porque esa realidad cambia cada segundo. En el caso del esquiador, no hay mapa. Dado que la vista no te va a servir demasiado, lo mejor que puedes hacer es fortalecer tus piernas para poder bajar el centro de gravedad y de esa forma mantenerte en pie sin importar los obstáculos que te encuentres. Para sobrevivir, tenemos que dejar de depender de factores externos inmanejables y desarrollar brújulas internas que son los conocimientos (capacidades) que nos permiten mantenernos en equilibrio con independencia de lo que esté pasando a nuestro alrededor.

 

¿Y por qué es tan importante el aprendizaje para gestionar el miedo? Porque para contar con el conocimiento que te entrega confianza, hay que aprender. No hablo de estudiar, sino aprender que es diferente. El miedo es uno de los principales enemigos del aprendizaje y de la innovación porque te lleva a buscar la seguridad, evitar el riesgo y te coloca a la defensiva. Ante el miedo no te abres, sino que te cierras. Hace ya muchos años que repito la cantinela de que el error es el componente más importante del aprendizaje. Y una de las cosas que más miedo nos produce son los errores y sus consecuencias. Hemos desarrollado una relación insana con el error. Nos hemos educado para evitar el error como un tabú o para ocultarlo cuando sucede, en lugar de aprovecharlo como disparador del proceso de reflexión y así entender por qué me estoy equivocando y qué debo corregir para que no me vuelva a suceder. El ego no te deja aceptar errores: buscas culpables externos, te justificas con excusas y te niegas la posibilidad de aprender. Es fundamental educar para domesticar el ego y que nuestros hijos aprendan a perder cuanto antes, para desarrollar una relación “amable” con el error y no crear pánico a equivocarse. Es lo que, con mi amigo Sama, abordamos en una sesión de Cadabra sobre “el indulto al error”. Aprender por miedo en lugar de por placer o convicción es una mala estrategia: el miedo es útil para responder a la emergencia, pero no puedes mantener la tensión por largo tiempo.

El cerebro actúa a partir del conocimiento que tiene y si enriquecemos ese conocimiento, nuestras posibilidades se multiplican. Eso sí, aprender exige esfuerzo: ser curioso, observar, leer, escuchar y pensar consumen mucho tiempo, pero es más fácil cuando lo que aprendes te entusiasma. Cuanto más conocimiento tienes, más difícil es que algo te pille desprevenido. Al fin y al cabo, el futuro no deja de ser una consecuencia de un pasado al que muchas veces no prestamos suficiente atención: la crisis de 2008 era algo que se había anticipado y lo mismo pasó con la pandemia, la invasión de Ucrania o la irrupción de Chat GPT. Se ha ido extendiendo la idea de que, si el mundo cambia tanto, no merece la pena planificar. No lo comparto: es más inteligente imaginar posibles escenarios (viajar mentalmente al futuro), tratar de anticipar planes y respuestas para los mismos y en todo caso, estar preparado para que nada de eso se cumpla y tener que improvisar o enfrentar situaciones desconocidas sin perder la compostura. Como se dice en el mundo del deporte “el que mantiene la calma siempre gana”.

 

¿Tenemos razones para sentir miedo? Aparentemente nuestro mundo tal y como lo hemos conocido se ve amenazado: Hay quien afirma que estamos llegando al final de nuestra forma de vida. Pero cuando se revisa la historia, se comprueba que la mayoría de las predicciones pesimistas han sido infundadas. Es cierto que lo imprevisto nos da miedo, pero a su vez depende en parte de nuestras decisiones ¿Y por qué tener miedo de lo conocido? Si puedo hacer algo al respecto, no debiese tener miedo y si no puedo hacer nada, tampoco. ¿Qué amenaza hoy tu vida? El miedo como estrategia para la supervivencia nos ha llevado a asumir que tenemos que luchar contra los demás para asegurarnos el acceso a recursos que siempre han sido escasos ¿Qué pasa si dejo de creer que eso es cierto?¿Qué ocurre cuando decido creer que en el mundo hay abundancia, es decir recursos para todos o conocimiento para generarlos? Lo que pasa es que ese miedo desaparece y claro, no es fácil someter a quien pierde el miedo. Históricamente, el dominio de pocos sobre muchos (elites de reyes, castas religiosas, políticos, etc.) solo fue posible a través de la obediencia y la ignorancia que se consigue desde el miedo y eso da lugar a un mundo basado la seguridad y el control. Sin embargo, un mundo complejo e incierto, basado en la transformación y la creatividad no es posible desde el miedo.

 

CONCLUSIONES: Mi mayor miedo es no ser capaz de aprender a la velocidad a la que el mundo está cambiando” (Elon Musk)

Meses atrás, participé en una ceremonia de despedida de las academias deportivas del colegio de mis hijos donde se rendía homenaje a los alumnos que se graduaban. En los discursos de los profesores en que se referían a cada uno de los alumnos, una de las frases que se repitió en casi todos es los casos fue: “Confía en ti, cree, ten fe en tus posibilidades porque lograrás lo que te propongas…” No pude evitar pensar ¿Qué hace la educación que no nos asegura que nuestros hijos desarrollen confianza en sí mismos y que salgan del colegio con una dosis suficiente de autoestima? Se trata de no creerse más pero tampoco menos que nadie, quererse y tratarse bien. Todo el mundo tiene ego y hay que tener cuidado para no dañarlo. Lo mejor que podemos hacer con los niños es generarles seguridad, que cuando terminen su paso por la educación salgan seguros de sí mismos. Cuando tienes confianza, no te pones límites, no te frenas, no te quita el sueño lo que viene, te centras en las oportunidades y no tienes miedo de intentarlo. Cuando pierdes el miedo, renacen la iniciativa y la creatividad, se potencia la comunicación, se dispara la confianza en los demás y la colaboración, aparece la valentía e incluso el descaro. De repente, opinas, cuestionas lo establecido, te atreves, eres desafiante e incluso llegas a molestar.

 

Tengo claro que soy privilegiado. Y también que cualquiera puede ganarse ese mismo privilegio. Cuando encuentras algo que te entusiasma, la constancia y las horas llegan solas. Como decía Woody Allen “sólo me ha llevado cuarenta años tener éxito de la noche a la mañana”. La curiosidad es una gran medicina para derrotar a la ignorancia y por ende al miedo. Es cierto que todos somos diferentes y también que la biología te condiciona, pero son el contexto y la cultura los que más impactan. Lo que crees influye en lo que haces y por tanto en lo que consigues. Si cambias lo que crees, aquello a lo que tienes miedo, los resultados cambian también. El físico Jorge Wagensberg decía que “la mediocridad es una decisión personal”. La mayoría de las cosas que no hacemos en la vida se explican por nuestros miedos. Miedos que son el producto de creencias que son a su vez el resultado de aprendizajes, no de genética. Ojo, no tener miedo no significa desconocer los peligros, significa prepararse y aprender lo que haga falta. Alguien sin miedo puede resultar irresponsable.

 

El miedo no es el mejor estado emocional para diseñar el porvenir. No podemos perder el entusiasmo porque nos quedamos sin perspectiva de futuro y el miedo se hace fuerte. Si no imaginamos el mañana, perdemos la esperanza. Si no tienes miedo te vuelves peligroso por qué no se te puede controlar. Si lo que existe ha sido creado por nosotros, entonces eres consciente de que se puede cambiar. Y en ese escenario, no tener miedo es una ventaja.

 

El 5 de abril participaremos en el desayuno "Curiosidad, Aprendizaje y Empresa" organizado por Abra y Otic Sofofa.

El 18 de abril en Barcelona participaremos en la actividad organizada por Share4value con la conferencia “Organizaciones inteligentes

El 24 de abril en Santiago impartiremos la conferencia “Aprender en la era de la IA” para la Comunidad de Comités Paritarios de Mutual de Seguridad.

El 25 de abril impartiremos un webinar sobre “¿Por qué las empresas no saben aprovechar la IA” para los clientes de Clikma.

El 2, 16 y 30 de abril en Cadabra la magia de aprender, abordaremos “¿Por qué tu empresa no sabe aprovechar la IA?”, también nos acompañará Agustin Agirre Director Ejecutivo de iTlent Instituto Vasco del Talento para contarnos sobre el modelo de aprendizaje Ethazi de la Formación Profesional del País Vasco y Gotzon Bernaola Coordinador General de Innovación Empresarial de Innobasque y Jorge Martinez, Socio de Knowledge Works para hablarnos sobre Lan Mentoring, el proyecto de relevo generacional.

Y también en abril terminaremos la quinta edición del curso de 8 sesiones "Diseño de Mapas de Conocimiento Crítico" para el Instituto Andaluz de Administración Pública.

 

 

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