E D I C I Ó N - N ° 222 OCTUBRE - 2 0 2 4

 

 

 

 

Corren buenos tiempos para la inteligencia
Javier Martínez Aldanondo
Socio Cultura de Aprendizaje en Knowledge Works
javier@kworks.es y
javier.martinez@knoco.com

www.javiermartinezaldanondo.com

Twitter: @javitomar – Instagram: @javiermartinezaldanondo

 

… y los tiempos que vendrán en el futuro serán aun mejores (y no porque lo proclame Sam Altman, CEO de Open AI en su post de septiembre “La era de la inteligencia”).

 

Antes de continuar, debo hacer una puntualización: Defino Inteligencia como capacidad de tomar buenas decisiones en cualquier ámbito, ya sea técnico, social, ético, espiritual, económico…. Y descompongo la Inteligencia en 2 elementos: 1. Conocimiento Presente que es la experiencia que permite decidir y actuar hoy en cualquiera de esos ámbitos y 2. Conocimiento Futuro (también llamado innovación) que es el nuevo conocimiento que se genera mediante el proceso de aprendizaje. Si el principal producto del cerebro es la inteligencia, el principal producto de la inteligencia es el conocimiento y el proceso de producción de conocimiento se llama aprendizaje.

 

Todo lo que haces, eres y tienes se lo debes a la inteligencia: la tuya, pero también a la de muchos otros, antepasados y coetáneos, de los que has aprendido casi todo. Imagínate tener que empezar cada día desde cero… No podemos hacer nada sin la inteligencia: ahora mismo estás leyendo en una pantalla, quizás usando gafas, sentado en una silla, tal vez con luz artificial, llevas puesta ropa, estás en un edificio… nada de todo ello te lo provee la naturaleza, sino que es resultado de la inteligencia humana. Esa inteligencia explica nuestro éxito como especie: mientras hace unos millones de años estábamos en los árboles con el resto de los primates, hoy caminamos sobre la luna mientras ellos siguen en el mismo lugar. Todo lo que creemos importante pero no lo podemos hacer, lo aprendemos. Por ejemplo, volar nos parece buena idea e inventamos el avión. Pasar frio nos parece mala idea y descubrimos el fuego y después la calefacción. El mundo que disfrutamos (o sufrimos) en 2024 depende de la cantidad de inteligencia que tenemos, que es la mayor que hemos alcanzado nunca. De la misma manera, el mundo hace 100 años dependía de la inteligencia que había en ese momento y de lo que éramos capaces de hacer con ella. La salud, la comunicación, la vivienda, la alimentación, las condiciones laborales… el bienestar en general era de muy inferior calidad a los actuales. Y hace 200 años, nuestra inteligencia era más rudimentaria y por tanto nuestro nivel de bienestar más precario aún.

 

Dado que la inteligencia forma parte de absolutamente todo lo que hacemos, la inteligencia artificial afectará también todos los aspectos de la vida sin excepción. Eso sí, nuestra capacidad de generar conocimiento está limitada por nuestra biología. Tenemos 86 mil millones de neuronas, los días duran 24 horas y necesitamos dedicar tiempo a comer y dormir, vivimos en promedio unos 80 años y como aprendemos a través de la experiencia, nuestro proceso de aprendizaje es lento: tardamos 1 año en aprender a caminar, 2 en aprender a hablar, 6 en aprender a leer y para entrenar un cirujano o una piloto necesitamos 30 años. Solemos decir que el saber no ocupa lugar, pero no es cierto: Hace 10 años impartí una conferencia en un seminario de neurociencias y educación. Una de las preguntas que formulé a mis colegas ponentes, mayoritariamente médicos y psiquiatras fue: “¿El cerebro tiene capacidad finita?” De forma unánime respondieron “todo dispositivo físico tiene límites”. Si el cerebro no puede hacerlo todo, entonces, tenemos que ser muy precisos a la hora de decidir cómo lo utilizaremos: qué tipo de trabajo le doy a mi mente, qué tareas le encargo y en cuáles no merece la pena que pierda tiempo y energía. Pero es que el saber sobre todo ocupa tiempo. Si estás aprendiendo una cosa, no puedes aprender otras a la vez. Aunque todavía somos el mejor dispositivo de aprendizaje que existe, tenemos límites. Pero ¿qué pasa cuando complementamos nuestra biología con una inteligencia como la artificial que tiende a infinito, como Jarvis, el mayordomo de IronMan? Un ejemplo reciente: Alphafold predice la estructura de todas las proteínas del mundo (más de 200 millones), algo que nos hubiese tomado a los humanos miles de años de trabajo y que ha supuesto el nobel de química para científicos de Google Deep Mind.

 

Si no entiendes algo, te falta información” fue una de las frases que pronunció Agustín Cuenca cuando lo conocí hace 6 años. Todo aquello que no entendemos, no lo podemos controlar. Si no me puedo explicar por qué se inflama el apéndice y se produce una apendicitis, no tengo como gobernarla e impedir que termine en peritonitis matando a una persona. Es lo que, por ahora, nos ocurre con el cáncer ¿Qué pasa cuando puedes comprender y explicarte lo que sucede? Automáticamente tienes mayor capacidad de decidir y actuar y eso te da ventaja. La inteligencia es lo que nos permite entender lo que antes no sabíamos. Si cada vez que obtienes un resultado, dedicas tiempo a reflexionar para entender las variables que influyeron en obtenerlo, desarrollas 2 poderes valiosísimos:

1. puedes predecir cuándo ocurrirá de nuevo ese mismo resultado

2. puedes provocar (o impedir) que ocurra  ese resultado cada vez que lo necesites

 

Gracias a la inteligencia, pasamos de no entender muchas cosas que ocurren (y que ni siquiera nos preguntamos) y quedar a merced de ellas a entenderlas, provocarlas cuando nos hagan falta, evitarlas cuando nos perjudiquen y controlarlas. Esto significa que cada vez tomaremos más decisiones y que el conocimiento (que es la materia prima que nos permite decidir), será todavía más importante. Entramos en una era en que la biología pasa a ser ingeniería. Y es que cuando tienes conocimiento, puedes actuar sobre las situaciones y controlarlas como pasa por ejemplo con este airbag corporal. La “cognificación” consiste en hacer que cosas estúpidas se comporten de manera inteligente. Ya estamos inyectando cantidades gigantes de inteligencia a todo lo que no sabemos o no entendemos, como en el caso de este tenista paralímpico, de estos nanobots para combatir el cáncer o de este cirujano que opera un tumor a un paciente situado a 8.000 km. El problema no es falta de recursos sino de conocimiento: Jaime Marian (UCLA) afirma que tiene financiación pero no tiene la fuerza laboral suficiente para desarrollar la fusión nuclear. Hoy todavía carecemos de la inteligencia suficiente para resolver el parkinson o revertir el envejecimiento.

 

¿Cuándo pondremos a toda la humanidad a pensar y trabajar en el problema del cambio climático o la cura del cáncer? No podemos, Las personas tienen que comer y, por tanto, tienen que trabajar en aquello que les entregue sustento para sobrevivir. Además, la mayoría no disponen del conocimiento que se necesita ¿Y podemos poner a su equivalente digital (miles de millones de agentes de Inteligencia Artificial especializados en medio ambiente o en salud) a trabajar en esos desafíos? Antes sonaba a ciencia ficción, ahora podemos decir que cada vez falta menos. Moderna ha desplegado 750 GPTs para diferentes tareas internas, Amazon tiene una herramienta de IA para desarrolladores que le ahorra 4.500 años de trabajo, desde hace meses existe Devin que es la primera IA ingeniero de software. Hace un par de meses, envié un mensaje al grupo de WhatsApp que tenemos en uno de los proyectos que estamos realizando. Les dije lo siguiente a mis 5 compañeros:

Primero: tenemos un nuevo miembro en el equipo que se llama (Nombre de una herramienta de IA generativa) y al que no pagamos horas/hombre ya que es gratis

Segundo: este nuevo miembro ya "sabe" sobre (Tema que es el foco del proyecto) tanto o más que cualquiera de nosotros

Tercero: ha tardado en aprenderlo unos minutos mientras a nosotros nos ha tomado años

Cuarto: es capaz de hacer por sí solo y en segundos, tareas que a nosotros nos tomarían días como equipo

Por supuesto, tuvimos que “alimentarlo” primero con información de bibliografía, entrevistas y focus que realizamos para el proyecto. Y es cierto que lo que produce es mejorable y tenemos que corregirlo y guiarlo. Pero la posibilidad de crear un equipo formado por una sola persona que se apoya en una o en varias IAs (que podrían ser cientos de ellas porque el coste es casi cero) permitirá realizar un proyecto por la décima parte del coste y en la décima parte del tiempo. Otra forma de verlo es que puedo multiplicar el desempeño sin que ninguna persona se quede sin trabajo porque podremos crear 6 equipos de 1 persona asistida por IAs en lugar de 1 equipo de 6 personas. Los LLM (large languaje models) son posiblemente la tecnología más potente jamás creada y es accesible gratis.

 

Hasta ahora no podíamos comprar la experiencia porque se trata de los años de aprendizaje que necesita una persona para generar su conocimiento. Pero con la IA eso ya no pasa: En el momento en que entreno un robot cirujano, tener un segundo robot cirujano no requiere años sino segundos. Mientras que cada vez que un ser humano quiere aprender algo que otro ser humano ya sabe, tiene que invertir una cantidad similar de tiempo, cada vez que una IA  aprende algo en cualquier sitio, ese conocimiento se actualiza de inmediato en todas las demás IAs sin apenas costo ni esfuerzo alguno. Todo lo digitalizable es exponenciable.

 

En su charla TED “La búsqueda del algoritmo maestro  el científico de IA Pedro Domingos sostiene que existen 3 fuentes de conocimiento: 1. El ADN que que recoge el conocimiento adquirido durante la evolución, 2. El cerebro que aprende a través de la experiencia y la captura para que la podamos reutilizar a lo largo de nuestra vida, y 3. La cultura que recoge el conocimiento que desarrollan las sociedades. Una manada de leones hace 50.000 años cazaban igual que hoy y tienen la misma “cultura” mientras nuestra cultura de hace 50.000 años no se parece nada a la actual. Mientras nuestro cerebro cambia lento, la cultura cambia mucho más rápido. Hay una cuarta fuente de conocimiento que es el que generan las máquinas que hacen algo que nunca se había hecho: extraer conocimiento de los datos para hacer predicciones con la peculiaridad de que, al ser digitales, no se mueren y además son exponenciales.

 

El mundo no es perfecto: Tenemos crisis climática, problemas de desigualdad, de enfermedades y salud mental, de incertidumbre sobre el futuro del trabajo y el impacto de la tecnología, de acceso a energía limpia, abundante y barata (y eso sin entrar en guerras y conflictos). Sabemos que solo resolveremos esos desafíos con más inteligencia, sobre todo colectiva. Los problemas de la humanidad lo son porque no hay suficiente inteligencia: faltan médicos, faltan profesoras, faltan ingenieras… Hoy traté de pedir hora para el dentista de mi hijo y tengo que esperar 1 mes y medio…Lo que hacemos con la IA en realidad es fabricar inteligencia: Ya estamos siendo capaces de entrenar médicos, profesores o ingenieros digitales. Y multiplicar esas IAs para tener millones de cirujanos, profesores o ingenieros digitales tomará segundos y un coste marginal. Es decir, pronto podremos poner a 500 millones de médicos virtuales a investigar sobre cáncer o a 1000 millones de ingenieros a trabajar sobre medio ambiente. Tarde o temprano todos tendremos un tutor personal, una especie de Aristóteles virtual que nos guiará. La IA nos permitirá multiplicar nuestra inteligencia: apoyarnos en millones de cerebros, billones de veces más potentes que los nuestros, trabajando 24 horas al día los 365 días para resolver los problemas que hemos creado. Acabamos de descubrir 160 mil nuevos virus, se pueden predecir probabilidades de supervivencia en pacientes con cáncer, se detectan derrames cerebrales en segundos en lugar de horas, se implantan retinas que permiten recuperar la visión a personas ciegas, los coches autónomos ya son más seguros que los conducidos por nosotros, solo conocemos el 1% de los compuestos químicos del universo, etc.

 

La inteligencia ya es el commodity más demandado y la IA multiplicará la cantidad, calidad y velocidad de generación de conocimiento. La IA hará que la inteligencia sea barata y se masifique. Usaremos la IA para ayudaros a mejorar el bienestar. Nos apoyaremos en la IA para tomar mejores decisiones. Pero ojo porque la IA no supone la llegada de una nueva tecnología sino algo mucho más profundo: reinventar un nuevo modelo económico donde cambia el rol del trabajo humano. No se trata de sustituir personas por IA sino de delegar en la IA lo que no queremos, no sabemos o no podemos hacer. Si estamos en la era de la colaboración, toca complementarnos con la IA y para eso tenemos que decidir qué queremos conservar nosotros como humanos.

 

Ya decía Albert Einstein que “No aprendes cosas porque eres inteligente, sino que aprender cosas te hace inteligente”. Por algo Singapur ha decidido que todos los ciudadanos tengan acceso a un diploma en Inteligencia Artificial ¿La IA aprende como nosotros? No ¿Necesita hacerlo? No porque no tiene cuerpo ni emociones. La IA aprende cada día, cada vez más rápido y lo hace exponencialmente. Nosotros aprendemos linealmente y eso nos deja atrás.

La inteligencia está incompleta sin aprendizaje. No consiste solo en tener conocimiento hoy sino en aprender lo que no sabes y necesitarás mañana, usando toda la inteligencia disponible, natural y artificial, individual y colectiva.

 

El 13 de noviembre en Santiago de Chile dictaremos la conferencia "Hacia un mundo de organizaciones inteligentes" para el equipo directivo de Papa Johns

El 22 de noviembre en Osorno dictaremos el taller "Organizaciones Inteligentes" para el equipo de Inacap

El 25 de noviembre impartiremos la conferencia “Colaborar o no colaborar, esa es la cuestión” para el Ayuntamiento de Barcelona

El 26 de noviembre en Madrid impartiremos la conferencia “Tu empresa no puede ser estúpida en un mundo de inteligencia (artificial)” en un evento organizado por CEGOS

El 27 de noviembre en Yecla (Murcia) impartiremos la conferencia “Tu empresa no puede ser estúpida en un mundo de inteligencia (artificial)” en el marco de TECNOHABITAT organizado por CETEM

El 12 de noviembre en Cadabra la magia de aprender, tendremos la sesión sobre “La Información Estratégica: Clave para la Toma de Decisiones Efectivas" con Iñaki Liebana y Leire Arrizabalaga de Intool. Y el 26 de noviembre la sesión “Cómo aprende un centro tecnológico” con Patxi Rodriguez de Edertek

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