E D I C I Ó N - N ° 223 NOVIEMBRE - 2 0 2 4

 

 

 

 

Dime qué conocimiento tienes y te diré cómo te ganas la vida
Javier Martínez Aldanondo
Socio Cultura de Aprendizaje en Knowledge Works
javier@kworks.es y
javier.martinez@knoco.com

www.javiermartinezaldanondo.com

Twitter: @javitomar – Instagram: @javiermartinezaldanondo

 

“Un comandante puede lo que sabe” (Erwin Rommel)

 

El refrán original que siempre escuché decía “dime de qué presumes y te diré de qué careces”. Esta nueva versión apunta a que según lo que seas capaz de hacer, tu vida transcurre por unos derroteros o por otros. Todo es conocimiento, definido como lo que eres capaz de hacer y no solo lo que sabes. Tienes conocimiento cuando puedes tomar decisiones y actuar de manera que no puedes cuando careces de conocimiento. El conocimiento es todo lo que has aprendido e incluye habilidades, actitudes, etc.

 

Aunque suena obvio, en la vida solo puedes hacer aquello para lo que dispones de conocimiento. Yo no puedo conducir un helicóptero ni hacer traducciones de chino, tampoco realizar una cirugía de corazón o dirigir una central nuclear porque carezco del conocimiento necesario. La cara “amable” de esta realidad es que todo el conocimiento se puede aprender. Es decir, nadie nació sabiendo hacer prácticamente nada y, por tanto, excepto algunas conductas innatas, todo es aprendido. Lo que eres es consecuencia de tu pasado, de lo que aprendiste. No te levantas una mañana y dices “no sé qué me ha pasado esta noche que de repente soy capaz de pilotar un helicóptero”. No, con el conocimiento, no hay atajos ni magia. Para que exista conocimiento, se requiere un proceso de aprendizaje previo y dado que el conocimiento es dinámico y colectivo, lo ideal es que el aprendizaje sea permanente y compartido. Ojo que no me refiero a los cursos que hiciste. Aprender es mucho más que estudiar y formarse, es sobre todo experiencia.

 

¿Cuánto vale el conocimiento? ¿Le podemos poner una cifra ahora que todo se mide con números? Tenemos un cliente que produce papel. Tiene 4 máquinas diferentes y según quién de los 11 operarios maneje la máquina, la producción de papel (medida en kilogramos) cambia. Curiosamente, cuando quien la maneja es Ricardo, la producción llega a ser hasta un 30% mayor que la de sus compañeros. Estamos hablando de las mismas máquinas, el mismo proceso, las mismas horas de turno, idéntica materia prima… Lo único que cambia es quien opera la máquina. Por eso a Ricardo, internamente le llaman Messi. ¿Cuál es la diferencia? Ricardo tiene conocimientos que el resto no tienen y por eso obtiene mejores resultados. No es suerte, es conocimiento.

 

La fórmula entonces es muy simple: R = T x K. Es decir, RESULTADO es igual a TIEMPO multiplicado por CONOCIMIENTO. Y obviamente, la variable que más pesa es el Conocimiento porque el Tiempo es fijo (8 horas) ¿Y cómo se obtiene conocimiento? Muy fácil: aprendiendo. Eso nos conduce a otra fórmula igual de simple: K = T x A. Es decir, CONOCIMIENTO no es otra cosa que TIEMPO multiplicado por APRENDIZAJE. Tu nivel de conocimiento depende de la cantidad de tiempo que dedicaste a aprender. Y aquí sí que la variable TIEMPO tiene un peso significativo. Para ser bueno en algo, ya sea operar una máquina, pilotar un helicóptero o hacer cirugías, hay que dedicar mucho Tiempo a practicar y aprender.

 

Esto significa que tu presente está totalmente condicionado por el conocimiento que tienes, o lo que es lo mismo, por lo que sabes hacer. Si hablas inglés, tu panorama laboral es muy diferente que si no lo hablas. Pero no solo eso, tu futuro también depende del conocimiento que seas capaz de aprender. El futuro depende de decisiones que tomas en el presente y las decisiones que tomas en el presente dependen del conocimiento que tienes. La gran noticia es que todo aquello que no sabes y quieras saberlo, lo puedes aprender. Hoy ya no podemos decir que no aprendemos porque no tenemos dinero. Antes el acceso al conocimiento estaba mucho más restringido pero lo que se requiere hoy para construir conocimiento está disponible prácticamente sin coste alguno: te puedes abrir una cuenta de Chat GPT gratis y acceder a los infinitos recursos necesarios en internet por menos de lo que te cuesta una cena.

 

La vida de tu empresa también depende del conocimiento que atesora. Veamos otro ejemplo: Un lingote de hierro tiene un valor que ronda los €100. Si tu empresa decide hacer herraduras, su valor aumentaría a €250. Si, en cambio opta por fabricar agujas de coser, el valor se elevaría a unos 70.000 euros. Pero si decidiera producir muelles para relojes, el valor se dispararía a alrededor de €6 millones ¿Qué explica cada uno de esos incrementos de valor? El conocimiento que vas añadiendo en cada paso, ni más ni menos. La cantidad de hierro sigue siendo la misma pero el impacto del conocimiento multiplica su valor. Claro que la decisión que permite hacer herraduras, muelles o agujas depende de tener el conocimiento para ello. No basta con la intención. Hasta hoy, dicho conocimiento se concentraba en los colaboradores y por eso las personas han sido un activo insustituible: sin personas y su conocimiento, ninguna empresa es viable. Si intercambias a los empleados de Microsoft  con los de la NASA, con los de FORD, con los de Movistar o con los de Iberia, ninguna de esas empresas puede funcionar. Si, es cierto que siguen teniendo personas inteligentes con conocimiento, pero carecen del conocimiento específico necesario para sus negocios. Es posible que, con la Inteligencia Artificial, esa realidad cambie si es que las empresas son capaces de capturar y reutilizar dicho conocimiento sin depender de las personas.

 

¿Qué permite pasar del sueño a la realidad? El conocimiento. Lo que nos separa de cualquier objetivo que nos fijemos es el conocimiento que nos falta y requerimos para alcanzarlo. Todo lo que haces y no puedes hacer está directamente relacionado con tu conocimiento. Por ejemplo, en tiempos de crisis (como ocurre actualmente en varios países de Latinoamérica) las empresas hacen un énfasis especial en vender y la venta es conocimiento puro. A vender se aprende, claro que tratar de crear ese conocimiento cuando ya tienes el agua al cuello es una medida desesperada. Otro indicador económico que lleva tiempo estancado es la Productividad ¿Cuál es el factor que mas influye para mejorarla? El conocimiento ¿Y para la innovación? Innovar es crear nuevo conocimiento o lo que es lo mismo, aprender a hacer algo que no se sabía anteriormente. Últimamente las empresas declaran que la búsqueda de talento es una de sus prioridades. Pues bien, el talento no es otra cosa que conocimiento en acción.

 

La semana pasada, el equipo de gestión del conocimiento de una empresa internacional de ingeniería nos preguntaba cómo se explica que cada vez exista más conciencia en las empresas sobre la necesidad de que el conocimiento se gestione. Nuestra respuesta, expresada de forma muy sintética, es que en el momento en que el mundo cambia aceleradamente (y lo hacen los mercados, los clientes y sus necesidades, etc.) el conocimiento que sostiene el negocio de una empresa caduca cada vez más rápido. En resumen: lo que explica su éxito ya no es seguro que seguirá sirviendo de cara al futuro. Y no solo eso, ese conocimiento concentrado en algunas personas críticas abandona la empresa cuando estas se marchan y la organización se descapitaliza perdiendo competitividad ¿Cuándo se da cuenta una empresa de lo importante que es gestionar su conocimiento? Cuando lo que antes era natural y se hacía sin esfuerzo ahora cuesta un mundo: se repiten errores, se reinventan ruedas, encontrar la información necesaria se convierte en una odisea, las personas o los equipos tienen desempeños dispares, aparecen competidores que ofrecen mejores servicios o productos… Y la empresa se vuelve consciente de que en algún momento dejó de aprender y de que su conocimiento perdió valor. En ese escenario, aprender es más decisivo que saber. Aprender asegura el futuro.

 

¿Por qué es importante gestionar el conocimiento y aprender? La razón principal es porque toda empresa es una organización de conocimiento. Todos sus integrantes trabajan con sus cerebros y el activo que generan es conocimiento en forma de un producto o un servicio. Una premio nobel de química lo explicaba en el último párrafo de esta entrevista "todo sale de nuestros cerebros". Está claro en qué debemos invertir...

 

¿Cuál es la realidad? Que, en las empresas, gestionar el conocimiento y aprender no forma parte de la estrategia, tampoco de los procesos, de los valores de la organización, de los hábitos, de la cultura y por supuesto, de lo que se evalúa o se reconoce. Fijaros en esta noticia de unos días atrás “Hace 25 años China nos vendía balones de playa y ahora coches eléctricos”. Esta llamativa frase la pronunció el consejero de industria del gobierno vasco ¿Es un tirón de orejas? No lo parece porque en el artículo se habla de que Euskadi (País Vasco) goza de buenos indicadores: “niveles de renta per cápita y bienestar social que están en máximos históricos, mientras que el nivel de pobreza absoluta y desempleo está en mínimos”. Sin embargo, debiese ser una seria llamada de atención porque lo que explica ese cambio de balones a coches es tanto mérito de los chinos como demerito de los vascos ¿Cuál es la razón que explica ese giro copernicano? Sencillo: Los chinos han aprendido mucho más rápido que nosotros. Y eso nos deja en mal lugar porque una cosa es evidente: El ADN de los chinos no ha cambiado en este cuarto de siglo. Su genética es la misma: no han desarrollado más brazos o piernas u ojos, los niños chinos no tienen 2 cerebros, etc. Por tanto, han decidido aprender más y mejor mientras nosotros no. Y ojo, aprender no es tanto un tema de metodología o de presupuesto sino de actitud… Si, hasta ahora a Euskadi le ha ido bien porque somos buenos para ejecutar, pero no somos igual de buenos para aprender. Ya dijimos que el conocimiento caduca y cada vez lo hace a mayor velocidad. Y en épocas de cambio, el que aprende más rápido y mejor tiene una ventaja que resulta decisiva. Más aun, los territorios pequeños, dado que no tenemos masa crítica ni recursos para competir de igual a igual con los grandes, tenemos que fiarlo todo a potenciar nuestra capacidad de aprender. Si observáis el índice global de conocimiento, veréis que 8 de los 10 primeros países son de los más pequeños del mundo. Blanco y en botella…

 

Dime qué conocimiento tienes y te diré qué puedes hacer en la vida, cómo es tu vida y cómo te puedes ganar la vida. Insisto, conocimiento es todo aquello que te permite decidir y actuar y fue aprendido ¿Sabes qué conocimiento tienes? ¿Y cuál vas a necesitar? ¿Lo sabe tu empresa? Y si te interesa la inteligencia artificial, no hay estrategia de IA sin estrategia de gestión del conocimiento.

 

El 4 de diciembre impartiremos el primer webinar del curso "Gestión Colaborativa del Conocimiento" para el equipo la Diputación de Jaén organizado por Conecta13.

Los días 12 y 13 de diciembre impartiremos la conferencia "Tu empresa no puede ser estúpida en un mundo de inteligencia (artificial)" para el equipo de Copec.

El 10 de diciembre en Cadabra la magia de aprender, tendremos la sesión sobre “Comunidades de práctica en Timac Agro" con Iñigo Ciriza. Y el 24 de diciembre, yo impartiré la sesión “sobre “Organizaciones Inteligentes”.

 

Knowledge Works
www.kworks.cl
javier@kworks.cl

www.javiermartinezaldanondo.com
Santiago (Chile) - San Sebastián (España)

Si no desea continuar recibiendo nuestro Newsletter,
envíe un correo a la siguiente dirección:
javier@knowledgeworks.cl