E D I C I Ó N - N ° 229 MAYO - 2 0 2 5

 

 

 

 

La IA de tu empresa (2)
Javier Martínez Aldanondo
Socio Cultura de Aprendizaje en Knowledge Works
javier@kworks.es y
javier.martinez@knoco.com

www.javiermartinezaldanondo.com

www.linkedin.com/in/javier-mart%C3%ADnez-aldanondo-inteligencia – Instagram: @javiermartinezaldanondo

 

En la columna previa argumenté por qué una empresa que no desarrolle la Inteligencia Artificial de su propio negocio se condena a desaparecer. Es lo que hizo Mckinsey para aprovechar su principal tesoro: su conocimiento. Y expliqué también que la IA necesita materia prima para poder cumplir con la promesa que lanza. La IA no hace magia, sino que te pide que le entregues el pasado de tu empresa para poder entregarte el futuro. Y ese pasado se encuentra sobre todo en el cerebro de las personas (muchas de las cuales ya se fueron y por tanto se perdió irremediablemente) y una pequeña parte está reflejado en datos. La IA no puede responder lo que no sabe (igual que las personas) y por eso a veces trata de inventarlo (igual que las personas). Estamos alimentando la IA con materia prima de baja calidad (datos) en lugar de usar la materia prima más nutritiva (conocimiento). Desde hace tiempo existe una fiebre desatada por los datos llamada Big data. Los datos son “lo que sabemos de lo que hacemos”, es decir, no es lo que hacemos sino el rastro que queda después de hacer algo y sobre lo que podemos reflexionar, analizar y tomar decisiones para cambiar, mantener, dejar de hacer, incrementar, mejorar, etc. La IA te dice: “ahora vas a poder aprovechar todo lo que sabes sobre lo que haces ya que hasta hoy no existía una manera razonable de hacerlo porque no había suficientes datos o capacidad de almacenamiento y procesamiento para analizarlos” ¿Para qué quieres los datos? Para tomar mejores decisiones que es una de las definiciones de gestión del conocimiento. Entonces ¿para qué sirve la IA si no es para gestionar tu conocimiento? Si la IA nos ayuda con la gestión del conocimiento de la empresa, eso nos obliga a ser mucho más conscientes de nuestro conocimiento. El conocimiento siempre fue transparente ya que se trata de un intangible inconsciente que tenían las personas en la cabeza. Pero ahora que la IA nos permite sacarle partido, el conocimiento no puede quedar en el limbo como un elemento furtivo que pasa desapercibido. Si los datos no son el petróleo ¿Por dónde comenzamos para concretar esa oportunidad? Veamos los 4 pasos.

 

Identificar el conocimiento crítico ¿Qué es lo más importante que sabe mi empresa? Antes de alimentar a una IA, debemos saber qué conocimiento es realmente valioso. No todo el conocimiento es igual de importante. El conocimiento crítico es aquel que sostiene la ventaja competitiva de tu empresa, lo que sabes hacer mejor que nadie y explica por qué los clientes te eligen a ti y no a la competencia. Es también el que permite ejecutar los procesos clave de manera eficiente y diferencial. Es el ADN intelectual de tu negocio. La idea es muy simple: si alguna actividad es importante para cumplir tus metas, entonces el conocimiento relacionado con eso es crítico. La ISO 30401 de 2018 dice en su primera página “la organización debe identificar, evaluar y priorizar los dominios de conocimiento que tienen mayor valor para la organización y sus partes interesadas” ¿Cómo identificamos ese conocimiento crítico en medio del vasto océano de información y actividades diarias? Aquí es donde entra en acción la metodología de los mapas de conocimiento crítico que nos ayuda, empezando desde los objetivos del negocio, a priorizar no solo cuál es el conocimiento más importante de la empresa sino quien lo tiene, donde está y en qué nivel de riesgo se encuentra. Un mapa de conocimiento crítico no es un inventario de "todo lo que sabemos", sino un sistema de prioridades. Es un GPS que señala qué debemos capturar primero y con cuánta urgencia. No puedes proteger ni multiplicar lo que no tienes localizado. Este mapa se convierte en la brújula que guía la gestión inteligente del conocimiento de la organización. Sin este mapa, intentar gestionar el conocimiento es como navegar sin rumbo.

 

Capturar, sistematizar y organizar el conocimiento crítico. Pasar del cerebro humano al sistema digital. Si las empresas hacen tareas repetitivas, eso implica que van a reutilizar conocimiento y, por tanto, merece la pena documentar el pasado para poder sacarle partido. Sistematizar significa incorporar lo que se aprende al catastro de conocimiento organizacional ¿Cómo convertir el conocimiento de las personas en un lenguaje que entienda la IA? ¿Te has preguntado cómo captura conocimiento tu organización? ¿Extraemos el conocimiento a cada individuo con una jeringuilla? Aquí rige una máxima fundamental: Capturar no puede significar un doble trabajo (primero ejecuto la tarea y después tengo que documentarla). Las herramientas de IA nos ayudan cada vez más a que trabajar y documentar lo que se hace ocurra todo al mismo tiempo, como parte del proceso.

 

Por suerte, todo conocimiento es inteligenciartificiable (en mayor o menor medida). Todo lo que ocurre en la empresa es susceptible de dejar rastro y alimentar una IA: cualquier pensamiento, acción, decisión, idea, conversación, error, acierto, historia, ejemplo, recomendación, sueño, sugerencia, prueba, gesto… ¿Qué conocimiento de la empresa tenemos sistematizado de las propuestas, los presupuestos, los clientes, los proyectos, los productos, las personas, las alianzas, los planos, los precios, los procesos…? ¿Y qué conocimiento hemos destilado de por qué ganamos o perdimos, qué salió bien y qué no salió bien, qué deberíamos haber hecho distinto, cómo lo haremos la próxima vez, qué hizo la competencia, qué está pasando en el mercado/mundo, qué necesitamos aprender? Un aspecto clave para una captura efectiva es crear un ambiente donde compartir conocimiento sea valorado y recompensado. Muchas iniciativas de GC fracasan porque no logran superar la resistencia natural de las personas a compartir lo que saben por miedo a resultar prescindibles o a no ser reconocidos por ello.

 

Capturar y sistematizar  (sacar el tesoro de los cerebros antes de que se pierda y preparar el alimento para la IA): Una vez identificado el conocimiento crítico, el siguiente desafío es monumental: la gran mayoría de ese conocimiento no está en manuales ni bases de datos, sino en la cabeza y en las manos de las personas que hacen el trabajo día a día. Se trata de conocimiento tácito, fruto de la experiencia, difícil de articular y, por tanto, increíblemente difícil de capturar para alimentar una IA ¿Significa que es imposible? No, pero requiere un esfuerzo intencionado y el uso de rutinas específicas de GC. No basta con pedirle a un experto que "escriba lo que sabe". Un cliente nos decía “no voy a escribir porque no sé qué poner, ni tengo tiempo”. Este es un ejercicio individual y colectivo para el que necesitamos procesos que faciliten la explicitación y el intercambio como, por ejemplo:

·       Asistencias y revisiones de Pares: sesiones en las que colegas con experiencia ofrecen asesoría o revisión a los equipos que enfrentan desafíos específicos ya conocidos.

·       After Action Review, Lecciones Aprendidas y Buenas Prácticas: Rutinas para hacer análisis profundo después de una tarea o proyecto significativo y documentar qué funcionó, qué no y qué haríamos diferente en el futuro.

·       Comunidades de Práctica (CoP): Espacios de confianza donde personas que comparten un ámbito de conocimiento o un desafío similar colaboran, intercambian experiencias y resuelven problemas juntos. El conocimiento fluye a través de la conversación y la resolución conjunta creando una memoria organizacional colectiva.

·       Retrospectivas: Análisis estructurados y documentados tras la finalización de proyectos o fases de estos para recopilar el conocimiento generado.

·       Entrevistas de Captura/Storytelling: Técnicas para "tirar del hilo" y ayudar a los expertos a expresar no solo qué hacen, sino cómo y por qué lo hacen de esa manera específica, qué les dice su intuición cuando algo “huele raro”, revelando los trucos, los atajos y las decisiones críticas basadas en su experiencia y convirtiéndolas en historias accesibles para toda la organización.

·       Observación/Shadowing: Acompañar (hacer de sombra) a los expertos mientras trabajan para recoger directamente los matices de su desempeño que ni ellos mismos son capaces de explicar.

Cómo leí en algún sitio, capturar es “grabar la canción antes de que el cantante y el guitarrista se jubilen”.

 

Organizar (pasar del caos al orden): El conocimiento capturado, especialmente el tácito, suele ser desestructurado, contextual, a veces contradictorio y se presenta en múltiples formatos (texto, audio, video, imagen, diagramas). Para que una IA pueda "digerirlo", necesitamos procesarlo, darle forma, limpiarlo y ordenarlo. Esto es mucho más que almacenar documentos en un repositorio; es un trabajo de curación de contenidos. Sin estándares, tu IA será como una biblioteca con libros tirados al azar. Algunas acciones clave son:

·       Estandarización: Definir protocolos, formatos y plantillas comunes para registrar aprendizajes y documentar el conocimiento.

·       Taxonomías y ontologías: Crear categorías, vocabularios controlados y estructuras de relación entre conceptos para que la IA pueda entender el significado y el contexto.

·       Validación, versionado y limpieza: Nombrar expertos que aseguren la calidad, precisión y actualidad del conocimiento. Eliminar duplicidades, corregir errores y descartar lo obsoleto.

·       Etiquetado, metadatos y relaciones: Enriquecer el contenido con etiquetas que faciliten su búsqueda, conexiones entre distintos elementos de conocimiento y reutilización por parte de la IA.

Lo que buscamos es contar con un repositorio centralizado y accesible. Como decía un cliente: "Lo que más cuesta no es tener la información, sino encontrarla". No basta con tener el conocimiento, tiene que estar disponible y ser fácilmente localizable, de lo contrario todo el esfuerzo es inútil. Alimentar una IA con información de baja calidad, desorganizada o desactualizada no solo no generará valor, sino que puede llevar a errores costosos y a la pérdida de confianza en la herramienta. El 36% del tiempo de los trabajadores se pierde buscando información interna. Sin una estrategia de GC, la IA solo amplificará este caos

 

Los pasos 3 y 4 son eminentemente técnicos.

Entrenar el modelo propio de IA con los conocimientos existentes de la empresa. Desde el punto de vista técnico, el modelo de IA de la empresa puede ser un modelo fundacional existente (GPT, Gemini, Claude, LlaMA, etc.) fine-tuneado con nuestro conocimiento específico y/o al que hemos aplicado RAG, donde la IA consulta nuestra base de conocimiento curada (como describimos en el paso previo) antes de generar una respuesta. Podrían existir organizaciones muy particulares, por sus necesidades específicas y por sus recursos, que opten por desarrollar un modelo propio entrenado desde cero, aunque esto debiese ser una excepción. Independientemente del enfoque técnico, el objetivo es el mismo: crear una IA que entienda el lenguaje, los procesos, los productos, los clientes y la historia de nuestra empresa. Una IA que pueda responder preguntas específicas del negocio con precisión, asistir en la toma de decisiones contextualizadas, e incluso automatizar tareas que requieren ese conocimiento interno. Para eso se necesita una capacidad tecnológica adecuada: elegir el LLM de base, trabajar en un entorno privado, confidencial y seguro, contar con una infraestructura de datos de calidad e integración con los sistemas internos (CRM, ERP, repositorios documentales), técnicas de entrenamiento de IA que combinan el conocimiento curado de tu empresa con el talento lingüístico del modelo base, capacidad de cómputo y finalmente una gobernanza sólida que garantiza que la calidad y la actualización del conocimiento sean sostenibles a largo plazo, ámbitos todos ellos en los que hay gente mucho más experta que yo.

 

Mantener actualizada la IA. La lógica de desarrollar una IA de la empresa es que nos permita usar el conocimiento crítico, capturado y curado, para lograr los objetivos que perseguimos. Para ello, es prioritario contar con un proceso continuo de actualización ya que el conocimiento empresarial es dinámico y caduca cada vez más rápido: nuestra IA debe aprender y desaprender constantemente para no quedar obsoleta. La IA es más fiable en entornos estables y con datos del pasado, que en contextos cambiantes y específicos donde no cuenta con conocimiento sistematizado. Cómo hemos repetido en columnas anteriores, las empresas carecen del “músculo de aprender” lo que les impide que el aprendizaje forme parte de los procesos. Por tanto, de la misma manera que para identificar y capturar conocimiento crítico, necesitas un modelo de gestión del conocimiento, para que la empresa se asegure de aprender, necesita un modelo de aprendizaje que recoja los aprendizajes antes, durante y después de la ejecución de cualquier actividad o proyecto. Y como ya expliqué en el paso 2, necesitamos integrar las principales rutinas que permiten que la organización aprenda (lecciones aprendidas, retrospectivas, CoPs, historias y casos, etc.) en el flujo de los procesos de trabajo.

 

Conclusiones

Mientras lees esta columna, tus expertos resuelven incidencias con soluciones que mañana se evaporarán si no las capturas. Tu organización está tan solo a un paso de convertir esos conocimientos en un cerebro digital que trabaje a tu servicio 24x7. Para ello, tienes que empezar desde el conocimiento crítico: captúralo y almacénalo en un entorno seguro, entrena un modelo con dicho conocimiento y actualízalo permanentemente. Cada día que pasas sin la IA de tu empresa es un día en que regalas inteligencia a tus competidores. Hoy, no saber usar la IA es como ser analfabeto hace 50 años. La principal fortaleza de los modelos de IA (la cantidad de cosas que saben) es al mismo tiempo su mayor debilidad: su conocimiento sobre cada empresa en particular es mínimo ¿Para qué quieres la IA si no es para gestionar el conocimiento? Crear una IA corporativa no empieza con tecnología sino con una decisión: tomarse en serio el conocimiento. Eso implica identificarlo, capturarlo, organizarlo y usarlo para entrenar una IA que trabaje para ti. El verdadero potencial de la IA no reside en los algoritmos sino en su capacidad para multiplicar el conocimiento crítico de cada empresa. Si quieres una IA que entienda tu negocio, necesitas alimentarla con el conocimiento de tu negocio. Así de simple. Crear una IA corporativa, un cerebro digital nutrido con la experiencia y el saber hacer interno, ya no es una fantasía futurista, sino una prioridad estratégica. Pero esto no sucederá por arte de magia tecnológica. Requiere una estrategia deliberada de gestión del conocimiento: identificar qué sabemos, que es valioso, capturarlo allá donde esté (principalmente, las cabezas de las personas), sistematizarlo y curarlo con rigor, y finalmente, usarlo para entrenar y mantener viva nuestra propia inteligencia artificial. Ojo que el proceso tiene sus dificultades llámense resistencia cultural (los colaboradores no quieren usar la IA), falta de liderazgo o compromiso directivo, limitaciones presupuestarias, mala calidad de los datos, etc.

La IA tiene hambre ¿con qué la alimentamos? ¿con datos? ¿o con conocimiento? Si ya te asombra con lo que tenemos ¿te imaginas cuando la alimentemos con conocimiento? Los modelos de Lenguaje actualmente disponibles serán un commodity disponible para todos. Los datos de tu negocio propietarios son un primer paso donde comenzar a explorar. Pero el conocimiento de la empresa será el que te permita explotar ventajas competitivas. Tu IA será tan inteligente como el conocimiento que le entregues en primer lugar. Yo estoy empezando a crear mi propio gemelo digital para comprobar qué tareas puede hacer por mí. Dispongo de mucho conocimiento sistematizado porque he sido bastante disciplinado y con el paso de los años cuento con gran cantidad de documentos que van desde artículos, presentaciones, propuestas, metodologías, videos de conferencias, mails y WhatsApp, etc. Alégrate, cuanto más conocimiento tienes mejor puedes aprovechar la IA.

 

La IA será la principal herramienta de GC de tu negocio. Tu empresa no podrá ser una empresa inteligente sin IA. Y sin estrategia de GC no hay estrategia de IA. La magia que promete IA será imposible si no la alimentamos con conocimiento de la empresa. Si no capturamos el conocimiento de las personas, estamos desaprovechando el tesoro más importante y por tanto la IA no te podrá entregar los resultados que esperas. No puedes tener una IA inteligente si tu empresa no lo es. Y una empresa es inteligente cuando sabe lo que sabe y aprende lo que no sabe. Tu empresa no puede permitirse el lujo de ser “estúpida” en la era de la inteligencia artificial.

 

El 11 de junio en Barcelona participaremos en la XI Jornada de Comunidades de Práctica “Profesionales resilientes al servicio de la salud” organizado por la Agencia de Salud Pública de Cataluña con la conferencia “¿De verdad el conocimiento es el principal activo de cualquier organización, incluso, de la Administración Pública?”

El 13 de junio en Tarragona participaremos en la sesión de la Comunidad de Práctica "Va de llegat" para hablar sobre "IA en procesos de relevo generacional" invitado por CEJFE.

El 19 de junio impartiremos la conferencia “La IA de tu empresa” dentro del ciclo de webinars organizado por Cirion.

El 10 y 24 de junio en Cadabra la magia de aprender, realizaremos sesiones sobre Universidades Corporativas y ¿Cómo el conocimiento y la IA pueden salvar tu vida? (segunda parte) con Ernesto BarriosJose Luis Alvarez.

 

Knowledge Works
www.kworks.es
javier@kworks.es

www.javiermartinezaldanondo.com
San Sebastián (España)  - Santiago (Chile)

Si no desea continuar recibiendo nuestro Newsletter,
envíe un correo a la siguiente dirección:
javier@knowledgeworks.cl