E D I C I Ó N - N ° 193 - MAYO - 2 0 2 2

 

 

 

 

La información es inútil sin conocimiento
Javier Martínez Aldanondo
Socio Cultura de Aprendizaje en Knowledge Works
javier@kworks.cl y javier.martinez@knoco.com

www.javiermartinezaldanondo.com

Twitter: @javitomar – Instagram: @javiermartinezaldanondo

 

 

Confundir información y conocimiento es un error habitual. Ya lo abordamos años atrás con la fórmula de la Coca Cola y cuando Vargas Llosa escribió más información y menos conocimiento. Aclararlo, y no seguir pagando unas consecuencias devastadoras, es tan sencillo como interpretar esta imagen:

 

Si yo no sé leer, si no entiendo el castellano, si no sé qué H2O es la molécula del agua, esa información no me sirve de nada

 

Por mucho que la información esté disponible, lo que siempre hace la diferencia es el conocimiento. Si no cuentas con conocimiento, la información es inútil. Si yo no sé leer, si no entiendo el castellano, si no sé qué H2O es la molécula del agua, la información no me sirve de nada.

¿Cuál es el peligro de confundir información con conocimiento? Que estamos convencidos de que es suficiente con entregar información para que las personas sean capaces de decidir y actuar a partir de ella. El sistema educativo no se fía y examina a los jóvenes para comprobar si la recuerdan y repiten lo mismo que les dijimos. El mensaje es: basta que alguien escuche, lea u observe para que sea capaz de hacer algo y eso es un error garrafal. Obviamente, informar es un proceso rápido, barato y sencillo, pero es una simplificación de la realidad. Como todos los adultos sabemos, escuchar a un profesor no significa aprender.

 

- NEO: ¿Sabes pilotarlo?

- TRINITY: Aun no. (llamando por teléfono) Operador. Necesito un curso para a pilotar un helicóptero B212. Date prisa... En marcha. (MATRIX).

¿Absurdo? ¿A quién no le gustaría descargarse el conocimiento al cerebro ahorrándose el esfuerzo de aprender? Por desgracia, el conocimiento no se puede transferir directamente, sino que cada persona tiene que construirlo. Sin embargo, nuestra civilización insiste tercamente en ello (incluyendo las áreas de formación en las empresas). No es de extrañar que un grupo de músicos, y no de expertos en pedagogía, cantaran en 1979 we dont need no education (Pink Floyd, The Wall). En realidad, necesitamos más educación que nunca y durante toda la vida, pero una educación auténtica, que deje de considerar la información como sinónimo de conocimiento. El conocimiento no se transfiere, la información sí.

 

¿Por qué información y conocimiento son cosas distintas?

·       En primer lugar, el CONOCIMIENTO es una capacidad que proviene de la experiencia y te permite tomar (buenas) decisiones y actuar. Sin embargo, la INFORMACIÓN, según la RAE es la “acción y efecto de informar, es decir, “enterar o dar noticia de algo”. El proceso que convierte la información en conocimiento se llama APRENDIZAJE. Y es que APRENDER consiste en almacenar en la memoria esa experiencia para que sea reutilizable en el futuro cuando la necesite. Un libro de cocina contiene recetas. Si memorizo la receta para hacer paella, puedo afirmar que cuento con la información (sé cómo se hace, pero todavía no sé hacerla). Cuando soy capaz de preparar una paella, entonces tengo conocimiento y el proceso que convierte la receta en el plato se llama aprendizaje. Aprender exige recordar: si 2 años después olvidé cómo hacer la paella (no almacené adecuadamente la experiencia en mi cerebro), entonces no aprendí. Por eso es importante la repetición, porque consolida el conocimiento.

 

·       Hay que reconocer que manejamos una definición muy empobrecida de conocimiento. No es casualidad, reducir el conocimiento a un objeto nos hace la vida más simple porque resulta sencillo de almacenar, de digitalizar, de distribuir, de vender. Si analizamos los currículums del sistema escolar y universitario comprobaremos que asociamos el conocimiento con el saber técnico, racional y medible con números. Se trata de un conocimiento fácil de enseñar, de memorizar y de evaluar en un examen escrito. Mi versión del conocimiento es mucho más amplia e inclusiva: es todo aquello que se puede hacer y por tanto se aprende. El conocimiento, incluye habilidades, aptitudes y actitudes, emociones, pero también valores y creencias (bien común, transparencia, ética, etc). La experiencia requiere de cuerpo y emociones y no solo de la mente. Para generar conocimiento es obligatorio pensar y entender. Si te pagan por pensar puedes estar seguro de que te encuentras en el mundo del conocimiento que es el combustible que utilizamos los humanos para sobrevivir. Si te pagan por ejecutar, estás en el mundo de la información que es la materia prima que alimenta las máquinas. La amenaza inminente de la Inteligencia Artificial pasa por automatizar información, pero falta un largo camino hasta que pueda automatizar el conocimiento. Hoy, somos las personas las que seguimos convirtiendo la información en conocimiento. El sistema educativo se diseñó para entrenarnos a trabajar como máquinas. Y como se basa en transmitir información, resultó sencillo trasladarlo a la virtualidad durante la pandemia. Por eso es crítico re-humanizar la educación.

 

·       El conocimiento es tan importante que todo lo que haces cada día desde que te despiertas hasta que te duermes es gracias al conocimiento que has aprendido. Cuando un niño nace, no le damos información, sino que le ayudamos a crear conocimiento: alimentarse, caminar, hablar… Solo cuando llega a un aula invertimos la situación y le inyectamos información en el cerebro. Podrías vivir sin información, pero no sin conocimiento. Puedes quejarte de tener excesiva información, pero no por acumular demasiado conocimiento en tu cerebro.

Cuando hablamos de información, preguntamos ¿Dónde está? La respuesta nos dirige a un “lugar”: en el periódico, en un documento, en el computador, en internet… Sin embargo, cuando hablamos de conocimiento la pregunta es ¿Quién sabe de…? es decir, el conocimiento nos conduce a personas. Así, el conocimiento proviene de la experiencia propia mientras que la información procede de la experiencia de terceros. El conocimiento por tanto brota del interior mientras que la información es externa. Por eso, la clave no está fuera sino dentro, aunque sea más difícil de percibir. Veamos otro ejemplo

FC= 95; PS= 110/40; Temp= 39,5; Edad= 20; Sexo: Masc.; Temblores, mareos.

Esta información para un ciudadano común indica que la persona tiene fiebre y tensión un poco baja. Para un médico, la misma información conduce a una decisión/acción: “Posible Septicemia, Hacer Análisis y Prescribir Antibiótico”.

El conocimiento no se puede despegar del conocedor. Te pueden robar la información y la pierdes. Pero no te pueden robar el conocimiento porque es una estructura neuronal al interior de tu cerebro. Conocimiento implica también entendimiento. Puedes afirmar “Tengo la información, pero no la entiendo” pero no puedes decir “Sé (hacer) pero no entiendo nada”, en todo caso te podrá costar trabajo explicarlo. Lo que experimentas en primera persona genera una huella mucho más profunda que lo que ves YouTube. Ojo porque soy un defensor de los beneficios de la virtualidad y de la tecnología. Pero no confundamos vivir una experiencia con verla en una pantalla, por muy bien contada que este. Aprender es hacer y en YouTube no se “hace” nada.

 

·       La información es siempre el resultado del conocimiento. Primero está la realidad y después su conceptualización. Toda teoría es el resultado de observar una práctica preexistente. No puedes producir información sin conocimiento previo. Por eso, si queremos que alguien aprenda algo, primero va la práctica y luego la teoría (al contrario de lo que solemos hacer). Tu vida es un flujo constante de experiencias y decisiones. Para decidir, te basas en tu experiencia previa. Tras decidir y comprobar las consecuencias, actualizas esa experiencia, es decir, aprendes. Cada vez que documentamos, lo que hacemos es convertir conocimiento en información. Todo lo que está en internet procede del cerebro de personas. Y por más que lo intentemos, el conocimiento se “degrada” cuando lo convertimos en información: lo que tenemos claro en nuestra cabeza, va mermando a medida que lo verbalizamos y pierde más aun cuando lo escribimos. La inmensa mayoría de documentos contienen información, (narran un “qué”) ¿Cómo incorporar conocimiento a un documento? Hay que hacer el esfuerzo de pensar en el destinatario (quien será el usuario de ese conocimiento) e incluir el “por qué” y sobre todo el “cómo”, es decir, “cuidado con eso que no nos ha funcionado”, “si lo hiciera de nuevo, cambiaria esto”, “eso lo sabe X” (recomendaciones, ejemplos, errores, lecciones, buenas prácticas, historias…). La información es prácticamente gratis, por eso está disponible por todas partes. Lo verdaderamente valioso y caro es el conocimiento.

 

·       Adquirir o distribuir información es mucho más sencillo y barato que adquirir conocimiento. La información viaja libremente, nos llega sin siquiera solicitarla por múltiples vías de forma ininterrumpida y no nos exige un gran trabajo de procesamiento. El mes pasado me referí a este informe de Nielsen que muestra que, en 2022, contamos con un catálogo de 817.000 programas entre la televisión tradicional y las plataformas de streaming (un 26% más que en 2019, que a su vez ya era un 10% mayor que en 2018).  La sobredosis de información es incuestionable. La epidemia de adicción a la información ha hecho crecer un gigantesco negocio (publicidad) donde la información se vende como mercancía para saciar nuestra inacabable curiosidad. Sin embargo, el conocimiento hay que aprenderlo, es decir requiere esfuerzo (tiempo, motivación y mucha práctica). Mientras la información se basa en un proceso de bajo consumo energético (saber, conocer), el conocimiento, al ser una experiencia, se basa en hacer. La experiencia implica conexiones neuronales mucho más profundas y duraderas que la mera exposición a información. El conocimiento es activo porque nos permite decidir mientras la información es pasiva. El acceso a información depende en su mayoría de terceros que nos la suministran mientras el conocimiento, como vivencia de experiencias, es indelegable. Puedo almacenar información (aprenderme de memoria el diccionario inglés) pero no estoy generando conocimiento.

Con la información nos pueden engañar (fake news) pero es muy difícil que tu conocimiento te mienta. Los algoritmos producen información, pero por ahora no pueden producir conocimiento.

 

·       Tener más información no nos asegura necesariamente tomar mejores decisiones. Indudablemente, es preferible tener información que no contar con ella, pero los elementos fundamentales son otros ¿Todo es medible, predecible y explicable desde los datos? ¿Cómo se entiende que el Real Madrid haya remontado 3 eliminatorias de Champions que según los datos tenía perdidas? La felicidad o la tristeza son experiencias, no informaciones. No se pueden descargar ni enviar por mail. Los intangibles que más nos importan son experiencias. Lo esencial para los humanos no es la información sino las experiencias y las relaciones (intercambiamos historias). La información no incluye emociones, hay que experimentarlas.

 

Conclusiones

La potencia sin control no sirve de nada” (campaña publicitaria de neumáticos más exitosa de la historia1995). Todas tus acciones y decisiones están condicionadas por el conocimiento que tienes. La información por sí misma no permite actuar hasta que no se cuenta con conocimiento. El proceso por el que la información se convierte en conocimiento se llama aprendizaje.

Acabo de finalizar un curso virtual sobre cómo construir mapas de conocimiento crítico para la Junta de Andalucía. El curso son 6 sesiones (una por semana) y en cada sesión comparto información (contenidos) y entrego una tarea (crear conocimiento). Cada participante finaliza con un producto que es un mapa de conocimiento crítico del ámbito que ellos han elegido. Informacion y conocimiento no son conceptos contrapuestos. La información es un componente importante del conocimiento. Cristobal Colon salvó su vida gracias al conocimiento de un eclipse. Si nunca he hecho una paella, prefiero apoyarme en una receta porque ahorro tiempo y errores y no tengo que inventar el plato ni empezar desde cero. Pero continuar considerándolos sinónimos es muy peligroso. La información por sí sola no basta.

La clave no es lo que ocurre en el exterior o en una pantalla sino lo que pasa en tu cerebro. “Aprendes” la información que recibes y la conviertes en conocimiento gracias a la experiencia que ya posees.

¿Estaremos realmente mejor informados que nunca? ¿Cómo es posible que contemos con tanta información y conocimiento, pero no resolvamos los problemas más acuciantes y veamos el futuro tan sombrío? La explicación no es que no sepamos, sino que no aplicamos (o no queremos aplicar) lo que sabemos. Las emociones muchas veces vencen al conocimiento técnico. Los problemas no se resuelven únicamente de manera racional. Menos mal que gestionar las emociones es conocimiento y se aprende.

 

El 1 de junio impartiremos la conferencia “Aprender del Futuro” para el equipo de Supervisores de Angloamerican División El Soldado.

También el 1 de junio dictaremos la conferencia virtual “Nuestra vida depende de la capacidad de aprender” para PEPSICO.

Los días 7 y 16 de junio impartiremos el taller virtual “Storytelling y casos para compartir Conocimiento Experiencias para reflexionar sobre los aciertos y los errores organizado por la Escuela de Administración Pública de la Generalitat de Catalunya.

El 14 y el 28 de junio, en Cadabra la magia de aprender, dentro de Abra Laboratorio de Aprendizaje celebraremos 2 nuevas sesiones sobre “Storytelling, las historias como herramienta de transferencia de conocimiento y aprendizaje y “Cómo diagnosticar la cultura de aprendizaje de una organización”.

El 30 de junio en Málaga impartiremos la conferencia “El desafío de evolucionar en plena revolución digital” en el marco del XXII Congreso Nacional de Administradores de Fincas.

 

 

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